
La descentralización como objetivo primario de las criptomonedas implica una relativa libertad, pero también responsabilidad de los particulares en el manejo de sus activos, tales atribuciones no son gratuitas ya que condicionan a los individuos a una auto capacitación constante en la administración y protección de su patrimonio digital. La industria centralizada con la intención de facilitar el acceso desarrolla constantemente distintos servicios financieros que en algunas ocasiones se han visto comprometidos. El ecosistema evoluciona rápidamente, es fácil acceder a muchos otros tokens y plataformas descentralizadas, los reguladores y fiscalizadores se encuentran aturdidos sobre cómo enfrentar la protección al consumidor y los riesgos de seguridad informática, en este sentido, ya vemos algunas normas jurídicas que solo mencionan el tema, pero otras, ya lo desarrollan con amplia precisión.